Muchos
padres asocian la palabra disciplina con castigo. Sin embargo ante un mala
conducta infantil que queremos evitar o cambiar, muchos expertos coinciden en
la eficacia de las recompensas. De este modo se podrá extinguir esa actitud
indeseable más fácilmente si la ignoramos, mientras, por el contrario,
reforzamos la buena conducta con elogios y premios.
El
objetivo final es que el niño sepa que sus conductas siempre acarrearán unas
consecuencias, pero cuando es pequeño no entenderá que bañarse tiene efecto
positivo a largo plazo: Mantener una buena higiene hará que no tengamos
infecciones. Por eso a determinadas edades debemos sustituir esas consecuencias
por otras más inmediatas, las recompensas.
Estas
recompensas al buen comportamiento no deben ser entendidas como un premio
material, sino que, en la mayoría de las ocasiones, un elogio o unas palabras de
reconocimiento serán suficientes, pues tampoco es conveniente que solo se
acostumbrarse a actuar bien si consigue algo a cambio.
Para
que las recompensas sean eficaces tienes que tener en cuenta lo siguiente:
1. Cuanto
más se retrase una recompensa menor efecto tendrá.
2. Nunca
se debe premiar la conducta indeseada que se pretende extinguir.
3. La
recompensa debe concederse siempre después de la conducta que se quiere
reforzar y nunca antes.
4. Esta nunca debe ir unida a una crítica,
si no puede ser tomada como un castigo. Por ejemplo: “¡Muy bien! hoy has recogido tú solito
los juguetes, pero has tardado mucho en hacerlo.” Esto puede desanimarle, y
hacerle pensar que por mucho que se esfuerce nunca llegará a hacer las cosas
perfectamente. Es preferible que refuerces las conductas poco a poco. Cuando
consigamos que se bañe solo, podemos continuar con otras órdenes (tardar menos
tiempo, ordenar la ropa, etc.)
5. Han
de evitarse las recompensas a largo plazo, especialmente si el niño es muy
pequeño, pues de esta forma no asociará el premio con un buen comportamiento.
No le prometas una bicicleta al final de curso si se porta bien y saca buenas
notas. Es preferible otorgarle pequeños “premios” por cada meta conseguida a
corto plazo.
6. Fíjate
en los gustos del niño y qué recompensas le satisfacen más, teniendo siempre en
cuenta su edad, así será más efectivo.
RECOMENDACIONES PARA INCENTIVAR A
NUESTROS HIJOS:
a) No
utilice sólo estímulos materiales para premiarlos, prefiera la felicitación y
el reconocimiento familiar.
b) Los
incentivos siempre deben ir en función de algo nuevo que está logrando el niño.
c) Desarrolle
el reforzamiento positivo. Es vital para que adapten buenas conductas y
disciplinas.
d) Cuando
se quiere cambiar un mal comportamiento se debe incentivar el camino correcto
con opciones beneficiosas y tentadoras para el niño.
e) El
principal incentivo es demostrar claramente el orgullo que sentimos los padres
ante las buenas conductas y nuevas habilidades de nuestros hijos.
POR QUÉ ES IMPORTANTE PREMIAR LAS
CONDUCTAS POSITIVAS DE LOS NIÑOS
1) Porque
los niños adquieren seguridad en sí mismos y en la forma como están actuando.
2) Porque
sienten que son importantes para las personas que los rodeas y que por esta
razón deben actuar igual para ser reconocidos y felicitados.
3) Porque
adoptan las conductas positivas como parte de su carácter, para de esta forma
enfrentar los diferentes problemas que se le presenten en el camino.
Por
último recordar el dicho:
“Los
niños tienen más necesidad de estímulo que de castigo” (Fenelón).
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