Había
una vez un niño que vivía en una linda y amigable ciudad llamada Chiclayo y
estudiaba en un centro inicial muy reconocido y acogedor. Martinik era un pequeño que tenía como
mascota favorita a Winnie the Pooh, y que profesaba una gran fe por San Martín de Porras, siempre
todos los domingos iba a la iglesia junto con sus papás Néstor y Alicia. Allí en
la casa de Dios rezaba mucho por sus compañeros, por los niños de su comunidad
y en general por todos. Siempre le pedía a Dios por el bienestar de sus padres,
abuelos y demás familiares.
Hasta
que llegó el día tan esperado el 06 de Julio, después de la ceremonia
protocolar y demás actuaciones, llegó el momento de la entrega de regalos a las
docentes. Entonces Martinik, se levantó y se acercó a Miss Pilar y muy
sonriente le obsequió una linda cajita llena de un millar de besitos, luego se
dirigió a Miss Viviana “la profe de la jarana” y le regaló un llamativo envase
de “buena onda” para que nunca falte la alegría entre los niños. Después cogió otro regalo y le dio a Miss
Consuelo, y le dijo: -¡Por ser mi amiga,
guía y modelo le obsequio esta bolsita rellena de “abracitos” y “muchas gracias!;
prosiguió luego con Miss Melissa y le dijo:
-¡A usted le doy este joyero con todo mi cariño, para que guarde la sonrisa
amena y contagiante de todos los niños!. Luego se dirigió a Miss Lucero y le regalo
un cofre repleto de “buenos deseos” y muchos “te quiero”;
se acercó luego a Miss Sussy y le
dio un obsequio sorpresa y muy cursi; y finalmente antes de dirigirse a la
maestra insigne del jardín, hizo un alto, se acomodo lo mejor que pudo, se arreglo
el cabello, cogió su regalo con mucha delicadeza, camino con paso firme y elegante
y estando frente a Miss Alicia, dijo: -¡Mami,
tu lo eres todo para mí, mi mejor maestra, y todo lo que te regale sería
siempre muy poco, así que hoy quiero regalarte mi corazón entero para que el
mundo sepa lo mucho que te quiero!. Miss Alicia al escuchar esas tiernas y sinceras palabras lo lleno de caricias y luego
ambos se fundieron en un emotivo e interminable abrazo.
Así
Martinik se hizo querer tanto, que era muy conocido por todos los alumnos de su
centro de estudios, toda la vecindad y su comunidad. Cuando llegó el día de su
cumpleaños, el 4 de Noviembre, el pequeño quiso celebrarlo en su colegio, es
allí que recibió muchas muestras de
cariño y un sinfín de regalos, entregados por padres y niños. Pero ese día
sucedió algo con lo que Martinik quedo gratamente sorprendido, todas las
profesoras se quedaron atónicas de tanta alegría que irradiaba el pequeño. Es
que Martinik hace mucho pero mucho tiempo le había hecho un pedido muy especial
a San Martín de Porras, y ese día se lo
cumplió. Le pidió a San Martín de Porras sólo un cosa sencilla: ¡Que sus abuelos vivan con él para poder compartir
su tiempo también con ellos!. Esto se cumplió ese día, ya que sus abuelos
llegaron del extranjero para quedarse a radicar definitivamente con él. Fue una
felicidad muy grande para Martinik y sus padres, tanto así que el niño grito a
todo pulmón: -¡Gracias Dios!, ¡Gracias San Martincito!, Soy el niño más feliz!,
¡Sí Señor, soy el niño más feliz del mundooo! … y así el pequeño y su familia disfrutaban
cada momento de su vida, paseando, jugando y vivieron muy felices para siempre
con la bendición de Dios.
Autor: Rusvel Benavente Vilca. Chiclayo – Perú. 2015
COMPRENSION DE LECTURA:
1. ¿Dónde vivía Martinik?
2. ¿Cómo se llama su mascota favorita?
3. ¿A qué santo le tenía mucha fe el niño?
4. ¿A qué día le tenía un cariño especial?
5. ¿Qué le obsequió a Miss Pilar?
6. ¿Qué le regaló a Miss Viviana?
7. ¿Qué le obsequió a Miss Consuelo?
8. ¿Qué le regaló a Miss Melissa?
9. ¿Qué le obsequió a Miss Lucero?
10. ¿Qué le regaló a Miss Sussy?
11. ¿Qué le obsequió a Miss Alicia?
12. ¿Cuándo era el cumpleaños de Martinik?
13. ¿Cuál fue la grata sorpresa que recibió el día de su cumpleaños?
14. ¿Quién le concedió ese pedido especial?
15. ¿Te gusto el cuento? ¿Por qué?
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